Ansiedad, ataques de pánico

Trastorno de ansiedad: ataque de pánico

“Durante mucho tiempo he tenido miedo de cosas diferentes, pero el resultado es siempre el mismo: ataques de pánico. Escapar del lugar donde estás. Me viene una fuerte agitación, taquicardia, sudores y la cabeza como si tuviera vértigo y entonces me entra un miedo terrible a morirme”

Existe una gran confusión entre miedo y ansiedad, hasta el punto de que muchas veces se invierte el significado de ambos términos. El miedo no es más que una percepción que activa ciertas respuestas fisiológicas: aumento de la frecuencia cardiaca, respiratoria, etc. La ansiedad, por otro lado, se produce cuando el conjunto de estas reacciones de miedo se mantienen en el tiempo.

En el Trastorno de Ansiedad con Ataque de Pánico, el miedo y la ansiedad se influyen mutuamente, se retroalimentan: los dos son efecto y causa al mismo tiempo., sin embargo, y aquí está lo importante, es que si se aprende a manejar el miedo se controlará la ansiedad, lo contrario: bajar la ansiedad para controlar el miedo, no funciona. 

Las personas que sufren esta patología se sienten solas e impotentes ante su propio malestar, evitan constantemente exponerse a las presuntas situaciones peligrosas y cuando lo hacen, requieren constantemente la presencia de otra persona en la que confían.

Desde la Terapia Breve Estratégica, se han creado una serie de protocolos específicos de intervención para este tipo de trastorno con un altísimo porcentaje de éxito. Una de las primeras diferenciaciones que hay que establecer es si el miedo que siente la persona es un miedo a la muerte (como en el caso anterior) o, por el contrario, si el miedo es principalmente a perder el control sobre uno mismo. Un segundo paso, no menos importante, será averiguar si la persona pide ayuda para enfrentarse a las situaciones temidas si tan solo las evita o, caso menos frecuente, las afronta por su cuenta.

¡Estoy estresada!

Esta expresión, oída y repetida mil veces, traducida al lenguaje psicológico significa, básicamente, estar bajo un estado de ansiedad. Esta tensión, que puede ser constatable en síntomas como preocupación, irritabilidad, tensión muscular o problemas para dormir, entre otros muchos, se vuelve patológica cuando adquiere carácter habitual e incontrolable; entonces los síntomas pasan a convertirse en un trastorno de ansiedad.
Percibir la realidad bajo este prisma y reaccionar con preocupàción y alarma puede causar un alto nivel de estrés y un malestar significativo, hasta el punto de afectar a nuestra calidad de vida.
Una persona ansiosa no vive en el presente, porque está constantemente atrapada en pensamientos amenazantes proyectados hacia el futuro y manteniendo, además, una lucha sin descanso tratando de evitar situaciones que ella considera peligrosas.

Los síntomas de ansiedad son comunes a otros trastornos psicológicos como por ejemplo:
Fobias específicas, hipocondría, trastorno paranoide, fobia social...

Francisco Javier Serantes

Psicólogo Estratégico en Villagarcía