Depresión

¿Qué es la depresión?

Una depresión es, en sentido literal, cualquier cosa que va hacia abajo partiendo de un estado precedente de equilibrio. Referido al ser humano, el término indica la ruptura de un  equilibrio y la caída del estado de ánimo. 

Es una experiencia que acompaña a los  seres humanos desde el principio de los tiempos. La imagen que transmite el paciente depresivo se asemeja a la de una marioneta con los hilos cortados.

La depresión se construye a partir de una creencia, una creencia que hace que la persona se sienta víctima, es decir: de aquellos que sólo están dispuestos a sufrir y, lo que es peor, la convicción de que esta situación no se puede modificar. 

La renuncia es, básicamente, la solución que el depresivo aplica en su vida diaria: posponer, esperar, no tomar decisiones, son algunas de las caras de la renuncia.

La renuncia suele llevarse a cabo de tres formas diferentes, a saber: 

  • Delegando en los demás todo aquello que debiera hacer uno mismo.
  • Rindiéndose, aceptando la vida como una derrota sin posibilidad de victoria final.
  • Pretendiendo que el mundo y los demás sean de otra forma y será esta pretensión, esta lucha, la que acabe por sumir a la persona en la depresión.
Todo hombre es dos hombres: uno está despierto en las tinieblas, otro duerme en la luz.
KHALIL GIBRAN.

 

Ser o convertirse en víctima del destino, de las circunstancias o de la naturaleza es lo mismo.

Los deprimidos son como planetas a los que no llega el sol, no hay luz en su vida, no hay esperanza, pero el mal que los atormenta no está en el lugar en que se encuentran, en las cosas que les rodean, sino en ellos mismos.

¿Se puede conseguir que la luz vuelva de nuevo a iluminar sus tinieblas?

por supuesto que sí, como dice el libro del Génesis: basta un rayo de luz  para disipar la oscuridad. 

 

Tipos de deprimido.

Después de trabajar con miles de casos, desde el modelo empírico experimental de la Terapia Estratégica se han podido identificar cuatro tipologías depresivas que siempre se repiten:

  • El deprimido Radical.
  • El Desilusionado de sí mismo.
  • El Desilusionado de los demás.
  • El Moralista.

Para cada uno de ellos se ha creado un protocolo de tratamiento que resulta altamente eficaz.

Síntomas de la depresión

Estos son algunos de los síntomas que pueden aparecer en un cuadro depresivo:

  1.  Tristeza, pérdida de ilusión, falta de energía y motivación para hacer las cosas.
  2.  Insomnio o hipersomnia.
  3.  Fatiga, sensación de cansancio.
  4.  Disminución de la capacidad para el placer en todas o la mayoría de actividades.
  5.  Pensamientos negativos casi constantes, incluida la ideación suicida.
  6.  Sentimientos de culpa e inutilidad.
  7.  Disminución de la capacidad para concentrarse o pensar. Le cuesta tomar decisiones.

Respecto al estado de ánimo aclarar que  existen depresiones que no están asociadas a un estado de ánimo decaído y que, además, la depresión no siempre afecta a todos los aspectos de la vida del paciente, en algunos casos tan sólo aparece en determinadas áreas de su vida.

Cómo ayudar a una persona deprimida

¿Se puede salir con éxito de una depresión?, a esta pregunta la respuesta es: sí, por supuesto, pero teniendo en cuenta que es muy importante, para conseguir este objetivo, todo aquello que rodea al depresivo: su familia, amigos, etc. La pregunta,  que casi siempre  me hacen los que comparten su día a día con el paciente es: ¿qué podemos hacer para ayudarle? y mi respuesta es siempre la misma, que la pregunta lleva implícita una trampa; formulada de esa manera implica que la única conducta posible es la de hacer algo, la de ser activo y así ayudar al depresivo, de alguna manera, a salir del pozo en que se encuentra.  Así que, siguiendo el viejo principio de que no puede haber respuestas acertadas a preguntas equivocadas,  les invito a que se replanteen  su pregunta y la cambien por esta otra: ¿qué tengo que dejar de hacer para poder ayudarle?.

 Aquí les dejo unos consejos:

  • Evite ayudarlos en exceso o tratarlos con especial cariño (no digo que haya que tratarlo mal, ni mucho menos).  Aunque pueda parecer cruel, esta actitud evitará que el deprimido obtenga un beneficio secundario, una especie de premio que hará que la patología se mantenga durante más tiempo.                                                                                                                                                                                     
  • Evite hablar del problema con ellos. Hay que delimitar el tiempo dedicado a hablar de su problema, cuanto más se hable del mismo, más presente estará y más se acrecentará.                                                                                                                                                       
  • Hay que permitirle estar mal sin tratar de aliviarle constantemente. Sólo podremos salir de un dolor si pasamos a través de él. Evitarlo no le ayudará.

Y por último, algo fundamental: cuando la familia y los amigos del paciente participan en la terapia, el éxito de la misma es mucho más probable.                                                                                                                      

Javier Serantes

Psicólogo Estratégico, Villagarcía