Trastornos obsesivos

El control sin control

Ya no me fío de mí mismo, porque como tengo estas obsesiones, por ejemplo: cuando estoy en la autopista y supero cierta velocidad me entra la ansiedad porque tengo la sensación de que ya no voy a poder controlar el coche, o cuando adelanto a un camión de que el volante pueda girarse. Esto no me sucede siempre, sólo cuando me siento un poco cansado y como consecuencia, ahora tengo miedo a cansarme, por eso ya no confío más en mi, pienso que no soy capaz de gestionar la situación”

Las personas obsesivas perciben la realidad desde una fobia que los lleva a reaccionar a través del pensamiento con fórmulas o acciones compulsivas para tratar de reducir su ansiedad y su miedo, tratan de controlar para sentirse seguras y es este intento de control el que provoca cada vez más inseguridad y más necesidad de controlar. Control e inseguridad se retroalimentan. Resumiendo: cuanto más buscan el control, más lo pierden, es el control que provoca el descontrol.

Los trastornos relacionados con la obsesión son, tal vez,  las patologías ansiosas que más problemas crean a que quienes las padecen. Estas personas viven una especie de tortura auto infligida que interfiere en el desarrollo de su vida normal y, además, suelen ser personas que se resisten a cambiar, debido a lo cual, sólo confían en aquellos profesionales que les transmitan seguridad y competencia en lo que hacen.

Principales trastornos obsesivos:

  • Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
  • Trastorno Obsesivo ( sin compulsiones)
  • Hipocondría
  • Dismorfofobia
  • Duda patológica  ,

¿Qué es el TOC?

Tengo que revisar mi habitación todas las noches antes de acostarme, separar la cama de la pared, controlar la ropa antes de usarla, no caminar pòr debajo de los árboles…pienso que hago estos rituales para evitar que sucedan cosas que ya han ocurrido antes, o sea: que los insectos no puedan llegar hasta mí”  

TOC son las siglas de Trastorno Obsesivo Compulsivo. Es un síndrome de ansiedad caracterizado por la presencia de pensamientos recurrentes que son experimentados como intrusivos o angustiantes (obsesiones) por la persona,  la cual intenta ignorarlos o suprimirlos mediante la realización de comportamientos o actos mentales (compulsiones). El propósito de estas compulsiones puede ser prevenir o reparar algo  que podría suceder o ha sucedido, respectivamente, así como para asegurar o propiciar que las cosas continúen bien ( este sería el caso del ejemplo anterior).

El paciente está atrapado en este esquema:

Ansiedad — comportamiento — baja la ansiedad— empieza a creer que eso funciona — aumenta el problema


¿ Hay más de un tipo de trastorno obsesivo compulsivo?

Podemos establecer tres variantes de este trastorno basadas en la orientación temporal ( pasado o futuro) del ritual que la persona lleva a cabo. 

Así, los rituales pueden ser:

  • Preventivos: orientados al futuro. Se realizan para evitar que suceda algo que el paciente teme.  
  • Propiciatorios: orientados también al futuro: mágicos, supersticiosos, aunque a veces basados en lógicas racionales. En este caso su función es tratar de propiciar que las cosas vayan bien ( ponerse determinada ropa, repetir una palabra etc.)                                       
  • Reparatorios: están orientados al pasado. Consisten en hacer algo para remediar un hecho pasado ( desinfectarse, lavarse…). Los rituales de comprobación (volver a mirar si me dejé la plancha encendida, el gas abierto,etc.) entrarían dentro de los de reparación.                                                                                 

¿Qué desencadena el trastorno? en cuanto a los tipos de motivación que los originan, tenemos una primera tipología que viene precedida por la duda que desencadena la necesidad de respuestas tranquilizadoras, una duda a la que respondo poniendo en práctica una serie de acciones o pensamientos que, para mí, funcionan, por eso los repito hasta que se transforman en una compulsión incontrolable.  

Una segunda tipología  vendría definida por la exasperación  de los procesos de razonamiento hasta el punto de hacerlos completamente irrazonables. El intento de prevenir errores  se convierte en incapacidad para actuar.   

En el tercer tipo de modalidad podríamos decir que la prevención se convierte en fobia, en otras palabras:  actos saludables de prevención llevados al extremo.    

El cuarto tipo de motivación  derivaría de los efectos de una experiencia traumática, aquí se desarrollan acciones para, de alguna manera, defenderse de lo que ha ocasionado el trauma.     

El quinto tipo de motivación   será el resultado del exceso de rigidez ideológica  o el respeto, también excesivo, hacia un tipo de moral o creencia.                                                                                                                                                                                                                                                                                       

Existe una solución

Todo lo que se construye puede ser destruido, esto es así para cualquier aspecto de la vida. El modelo que lleva al TOC es algo que al principio parece normal y lógico pero que al aumentar de forma progresiva deviene en trastorno, es decir: aquello que al principio me da control, al repetirlo, me hace perder el control. Quienes padecen este trastorno están convencidos de que es algo absurdo, pero no son capaces de hacer algo diferente. 

Es importante tener en cuenta que cada ritual tiene su propia base lógica (hablamos de lógica no ordinaria) para la persona que lo desarrolla, de ahí la importancia de saber si la compulsión está orientada al pasado, al futuro, si tiene una base mágica o racional y si está originada por el miedo o el placer.. Estos factores determinarán la elección de las diferentes prescripciones que haremos al cliente. 

Ejemplos de lo anterior podrían ser la persona obsesionada con la limpieza y la obsesionada con la higiene, una y otra persiguen casi lo mismo, pero mientras la primera lo hace llevada por la sensación de si siente que algo (por ejemplo el suelo) está limpio o no, la segunda lo hace a través de un ritual numérico, por ejemplo, cada vez que se lava las manos ha de hacerlo un determinado número de veces, siempre el mismo.

Resulta evidente que cambiar una conducta basada en  una sensación o cambiar una conducta basada en la repetición mágica, tendrán que abordarse de forma diferente, sólo así podremos obtener resultados rápidos y duraderos.

Otros trastornos obsesivos

Duda  patológica: pensar más allá de lo pensable, y ¿por qué? y si… ¿he hecho bien?. Dudas y preguntas dirigidas al presente pero también al pasado, este tipo de preguntas crean cada vez mayor inseguridad, hasta el punto de que la persona no consigue tomar nunca una decisión y, si lo hace, seguirá dudando de la decisión tomada: está atrapada en su propio pensamiento. Si tengo una duda a la que es imposible dar una respuesta exacta pero aún así intento encontrarla, no me tranquilizaré, sino que me angustiaré todavía más.

 La perversión de la razón, la hiper-racionalización, el inquisidor interior, son sólo algunas de las tipologías de dudas que nos asaltan.


Hipocondría: en este trastorno la persona  comienza a vigilarse obsesivamente en busca de todos los síntomas físicos de su presunta enfermedad. El diagnóstico médico negativo respecto a sus convicciones y temores sobre el supuesto mal que le aqueja, en vez de eliminar el miedo, ,lo alimenta. Cree que los métodos de diagnóstico no son precisos y que deben hacerle más pruebas.

 Algo muy importante a tener en cuenta, para no equivocarse en el tratamiento del problema, es distinguir entre  hipocondríaco y  patofóbico. El primero responde a un  patrón obsesivo-fóbico, es decir: primero piensa y luego siente, mientras que el segundo es fóbico- obsesivo: siente, se asusta y luego piensa.


Dismorfofobia: podríamos definirla como fobia al propio cuerpo. La persona nunca está satisfecha con su aspecto físico, puede ser tan sólo una parte de su cuerpo o su totalidad y hará lo que sea por conseguir que su aspecto coincida con aquel que tiene en su mente, con un ideal que, desgraciadamente, nunca alcanzará del todo. Las operaciones reiteradas de cirugía estética en una misma parte del cuerpo son un buen ejemplo de esto. Quizás el caso más conocido por su repercusión popular sea el del famoso cantante ya fallecido Michael Jackson quién no paró de operarse el rostro para parecerse a un blanco, al final el resultado fue, por desgracia, un rostro artificial, más de atracción de feria que de un ser humano real.

Francisco Javier Serantes

Psicólogo Estratégico en Villagarcía