La terapia indirecta

Normalmente los padres suelen acudir al psicólogo en busca de un profesional al que llevar a sus hijos para que les ayude a resolver sus problemas.

Lo que yo hago, como psicólogo estratégico, es hablar con los padres y poner en sus manos las herramientas necesarias para que sean ellos los que provoquen el cambio deseado en sus hijos, es decir: son los padres quienes acuden a las sesiones y no los hijos.

Doy indicaciones para corregir aquellos aspectos del comportamiento que están creando problemas tanto de convivencia a nivel familiar como en el ámbito escolar.

Trabajar con los padres suele proporcionar excelentes resultados y es una maravillosa manera de que sientan que son ellos los que están realmente ayudando a sus hijos.

En principio, no se hace acudir a consulta a aquellos niños que aún no hayan cumplido los doce años de edad.

Problemas psicológicos infantiles más habituales
  • Miedo y ansiedad infantil
  • Fobia escolar
  • Enuresis (hacerse pipí en cama)
  • Miedo a la oscuridad
  • Terrores nocturnos
  • Fobias en general
  • Comportamiento negativista desafiante

Ventajas de la terapia indirecta

  • Se evita la etiqueta de “niño que acude al psicólogo” y el estigma negativo que esto supone
  • Se refuerza el vínculo del niño hacia sus padres.
  • Evitamos que el niño tenga que establecer un vínculo de confianza con el psicólogo lo cual, en muchos casos, suele llevar tiempo.
  • Como consecuencia del punto anterior, logramos acortar la duración de la terapia. El problema se resuelve antes.
  • Aumenta la autoconfianza de los padres en la educación de sus hijos.

De la dificultad a los problemas

Siguiendo al psicólogo italiano Andrea Fiorenza, podríamos decir que los problemas de comportamiento en niños y jóvenes se forman sobre los intentos de solución que los adultos ponemos en práctica, estas respuestas mal aplicadas, acaban por alimentar el problema que pretendían resolver

Siempre aparecen dos variantes de soluciones intentadas:

  1.  El problema se afronta de un modo inadecuado: no se actúa cuando se debería de actuar o cuando se actúa no se debería hacerlo.
  2.  Si el problema no se resuelve, se aplica más de la misma solución, aunque ésta no funcione.                                                                                       

La relación padres-hijos

Actualmente existe la convicción de que todo aquello que se hacía en el pasado ya no debe hacerse más y se cuestiona todo el sentido educativo de las anteriores generaciones. Se ha instaurado la idea de que los padres, para hacerse respetar y obedecer por los hijos, no deben utilizar su posición de autoridad, sino pedir que se hagan las cosas explicando; en definitiva, aplicar un principio de igualdad que, si bien funciona en las relaciones sociales, sin embargo no la hace en un contexto familiar.

La relación padres-hijos es jerárquica, no recíproca. Intentar cambiar este tipo de relación significa politizar un contexto que no se basa en reglas políticas e ideológicas sino en reglas sistémicas y relacionales.

Esta visión del mundo, asumida por la moderna pedagogía, basada en principios antiautoritarios y permisivos ha conducido a la cultura de la culpabilización. Los padres acaban por ser siempre los culpables. 

De una estructura educativa sencilla, vertical, natural, donde los padres estaban arriba y los hijos abajo, se ha pasado a una estructura donde ambos están al mismo nivel, un estilo educativo que no educa y construye personalidades inseguras y arrogantes. Los hijos tienen necesidad de reglas claras, de un contexto en el que perciban que los adultos son personas firmes, que saben lo que quieren y que establecen lo que se puede y no se puede hacer.

Andrea Fiorenza.

Javier Serantes

Psicólogo Estratégico en Villagarcía