Pensamiento crítico
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¿se puede enseñar el pensamiento crítico?
A pesar de estos resultados, que han sido replicados una y otra vez, en las escuelas y colegios modernos se trata de enseñar a los estudiantes, desde hace ya unos cuantos años, una serie de habilidades de pensamiento destinadas a dotarles de un método general de resolución de problemas, lo que se conoce como “pensamiento crítico” o “habilidades de aprendizaje del siglo XXI” las cuales, supuestamente, dotarían al alumno de un método general de resolución de problemas el cual, además, podría aplicarse a cualquier campo.
Por regla general, cualquiera quiere que sus hijos avancen en la vida y si fuera posible disponer de una herramienta cognitiva como la descrita, sin duda sería maravilloso poder aplicarla en su vida diaria, el problema surge cuando, precisamente, dejamos de aplicar ese pensamiento crítico para cuestionar si tales habilidades pueden enseñarse.
Como demostraron los estudios hechos con controladores aéreos en los 60 y otros pòsteriores, para ser bueno en algo, en un dominio determinado, se necesita saber mucho sobre él: es prácticamente imposible llevar esos conocimientos a otras áreas y esto es aún más evidente cuando se trata de conocimiento especializado que requiere gran experiencia. En un famoso experimento, que respalda esta afirmación, se demostró que la habilidad para recordar largas cadenas de números no se transfirió para recordar largas cadenas de letras.
Por supuesto que el pensamiento crítico es fundamental para cualquier estudiante, pero no se puede separar del contexto. El pedagogo estadounidense Daniel Willingham dijo que:
Si recuerdas a un estudiantes que debe mirar un problema desde diferentes perspectivas con la suficiente frecuencia, aprenderá que debe hacerlo, pero si no sabe mucho sobre ese tema, fracasará. El pensamiento crítico, así como el pensamiento científico y todo pensamiento basado en el dominio, no es una habilidad. Un buen ejemplo de esto son los juegos de entrenamiento cerebral que pretenden ayudar a los niños a ser más inteligentes y aumentar su capacidad de aprendizaje. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que los juegos de entrenamiento cerebral son buenos sólo para una cosa: conseguir ser bueno en juegos de entrenamiento cerebral.
Los estudiantes necesitan tener conocimientos reales y relevantes para pensar sobre el mundo, si no hay conocimiento sobre algo específico difícilmente podrá pensar sobre ese algo.
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